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Inteligencia Artificial: La ciencia aplicada a la industria y la toma de decisiones

Cuando hablamos de inteligencia artificial a todos nos vienen a la memoria películas de Hollywood, desde la malvada Skynet de Terminator a la no menos malvada Matrix. Hay que decir que este tipo de películas de ciencia-ficción están mucho más cerca de la ficción que de la ciencia.

Entonces, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de inteligencia artificial? Estamos hablando, básicamente de matemáticas. Los ordenadores son terriblemente eficientes haciendo cálculos a velocidades inimaginables para un ser humano. La inteligencia artificial no es más que la aplicación a cualquier ámbito en el que se requiera realizar muchos cálculos de forma muy rápida de fórmulas matemáticas (algoritmos) muy complejos realizados por ordenadores o, mejor dicho, por microprocesadores.

Un ejemplo práctico que muchos ya llevamos en el bolsillo son los smartphones con cámaras que utilizan la inteligencia artificial para ajustar automáticamente los parámetros de la cámara en función de la iluminación, de si aparecen personas u objetos, de si están en movimiento, etc, para obtener la mejor imagen de entre todas las combinaciones posibles.

La inteligencia artificial viene de la mano del incremento exponencial de la potencia de cálculo de los microprocesadores. Algoritmos que hace tan sólo unos años sólo podían ser ejecutados en centros de supercomputación están hoy al alcance de ordenadores o servidores que cualquier empresa puede tener.

La aplicación de la inteligencia artificial a la toma de decisiones en la empresa

Uno de los aspectos más interesantes de la inteligencia artificial es su capacidad predictiva. Prácticamente todos los grandes operadores de mercados financieros utilizan esta tecnología para predecir la evolución del mercado en tiempo prácticamente real, de tal forma que los ordenadores controlan las carteras de valores y, en función de los datos con los que cuenta el algoritmo, toman la decisión de comprar o vender dichos valores.

La inteligencia artificial es uno de los pilares básicos de la Industria 4.0. Hasta ahora, la toma de decisiones estaba basada principalmente en el análisis “forense” de lo que ya ha ocurrido. Nos referimos a las habituales reuniones estratégicas de las empresas en las que se analizan los resultados del mes o del trimestre y a partir de ahí se toman decisiones para planificar el siguiente periodo. Pero el gran inconveniente es que se están haciendo proyecciones hacia el futuro de cosas que ya han sucedido, confiando en que la tendencia se va a mantener o va a cambiar en función de un número limitado de datos, pero casi nunca en tiempo real ya que resulta muy complejo hacerlo.

Sin embargo, si sabemos que los ordenadores son mejores que los seres humanos en el análisis de datos y la toma de decisiones, ¿por qué no aprovechar esa posibilidad? La Industria 4.0. proporciona herramientas, como la robotización y la sensorización de la producción, que generan datos en tiempo real. Lo mismo sucede con la logística, con los pedidos o muchos otros parámetros que son fundamentales en el buen gobierno de una empresa. Un algoritmo de inteligencia artificial puede manejar de forma simultánea una enorme cantidad de datos diferentes, incorporarlos a un modelo matemático (el “gemelo digital”) que reproduce fielmente el funcionamiento de la empresa y realizar predicciones a partir de ellos, algo que un ser humano, por muy experto en estrategia que sea, no es capaz de hacer al mismo nivel.

¿Significa eso que debemos dejar el gobierno de la empresa en manos de los ordenadores? Rotundamente no. Las empresas que nos dedicamos al desarrollo de la Industria 4.0 no planteamos ese escenario. Lo que estamos planteando es la cooperación de las neuronas biológicas de los seres humanos con las neuronas digitales de las máquinas. La planificación estratégica sigue siendo (y lo será por mucho tiempo) patrimonio de las personas. Pero la inteligencia artificial es una valiosísima herramienta que nos permite, gracias a las técnicas de simulación, predecir diferentes escenarios a partir de una situación dada con un alto grado de fiabilidad. Preguntas del tipo:

  • ¿Cuándo necesitaré incrementar mi capacidad de producción y en qué aspectos de mi empresa debo hacerlo?
  • ¿Hasta dónde debo incrementar esa capacidad (o reducirla, si fuera ese el escenario)?
  • ¿Está mi empresa correctamente dimensionada en cuanto a personal y equipamiento para hacer frente al plan estratégico?

…y otras muchas similares pueden ser respondidas con mucha más facilidad y, sobre todo, de forma mucho más precisa gracias a la inteligencia artificial. Y en una empresa, en cualquier empresa, no quedarse corto ni pasarse de largo implica una mejora automática de la productividad al tiempo que un importante ahorro en costes e inversiones.

De la misma forma, existen modelos matemáticos que permiten simular la previsión de la demanda que facilitan resultados para ajustar, balancear y optimizar stocks, garantizando niveles de servicio increíbles.

Hasta ahora, la aplicación de la alta tecnología que representa la inteligencia artificial sólo estaba económicamente justificada en grandes corporaciones, dado lo costoso de su implantación. Pero, como hemos dicho al principio, la tecnología necesaria ya no es tan costosa, por lo que cada vez son más las empresas que saldrían ganando en la ecuación coste/beneficio si implantaran las tecnologías de inteligencia artificial, robotización, sensorización, simulación y gemelo digital entre otras) que propone la Industria 4.0. Y en un futuro muy próximo, las empresas que no lo hagan estarán perdiendo el tren de la productividad.

NORLEAN es mucho más que una empresa especialista en simulación. Somos un equipo multidisciplinar (Ingenieros – Expertos en operaciones productivas, Expertos en Negocio, Marketing & Ventas, Analistas de Datos, Tecnólogos, Matemáticos y Financieros), tenemos clara la dirección en la que se mueve la tecnología aplicada al mundo de la empresa y nos hemos propuesto como misión democratizar el acceso a esa tecnología para que no sólo se beneficien de ella las grandes corporaciones. Porque el futuro ya es presente, aquí y ahora.